Los cascos son una parte fundamental para poder experimentar en su máximo esplendor un videojuego. No solo porque nos permiten obtener una mayor inmersión y una mejor calidad sonora, sino también porque nos proporcionan una mayor intimidad, ya que no tenemos que molestar a los que están a nuestro alrededor. Además, dada la integración cada vez mayor entre cascos y micrófono nos ofrecen una herramienta indispensable para comunicarnos con los otros jugadores, lo que es de radical importancia, sobre todo en competiciones o juegos de equipo.
Es precisamente en esta vertiente, en la competición, en la que Turtle Beach ha querido enfocar sus auriculares Ear Force Z Seven. Un producto de alta calidad y muchas prestaciones enfocadas a que la recepción del sonido y su emisión sean lo más claros y definidos posibles, ya que en determinadas situaciones en las que un problema sonoro puede significar la diferencia entre la victoria y la derrota. Estamos por tanto ante un producto de muy alta calidad y destinados a un perfil de jugador bastante concreto, por lo que si los comparamos con otros auriculares del mercado, su precio puede resultar un poco elevado: 249 dólares.
Aspecto y presentación
Desde el primer momento, se nota el cuidado y la atención depositadas por Turtle Beach en estos auriculares. Solo con el embalaje se nota que estamos ante un producto de alta gama, que viene convenientemente protegido y empaquetado para que los cascos no sufran daño alguno. Todo está convenientemente presentado y ajustado de forma que el producto no haya podido sufrir daños durante el transporte.
En cuanto a los auriculares en sí mismos, los Ear Force Z Seven tienen un diseño de líneas clásicas que huye de elementos estrafalarios o estrambóticos. De hecho, los colores utilizados siguen esa tendencia clásica mezclando el negro y el blanco para obtener un producto elegante y discreto. Su tamaño es el adecuado, y las orejeras acolchadas y ergonómicas se adaptan a la perfección a nuestro oído. La “diadema” aunque rígida tiene la flexibilidad suficiente para ofrecer la sujeción necesaria y al mismo tiempo, permitirnos modificar su holgura sin problemas.
El micrófono está integrado en la estructura de los cascos, pero es flexible y podemos modificar la distancia a la que queremos posicionarlo de nuestra boca. Una vez más, el material es flexible pero resistente, lo que nos permite doblarlo y ajustarlo de la forma que nosotros queramos sin temor a que pueda romperse, siempre y cuando no nos pasemos de la raya o lo forcemos.
Respecto al cable de conexión, encontramos dos tipos: el que une los cascos al mando y el que une a este último con nuestro PC. El primero es robusto y flexible, un cordón entelado con un acabado en blanco y negro que combina a la perfección con la estética general de los cascos. Su tamaño es adecuado y lo suficientemente largo para no quedarse corto ni dar tirones, incluso en situaciones en las que nos podamos dejar llevar por las emociones. Respecto al cable que une el mando al PC, es de plástico más rígido que el anterior, pero muy resistente. Además, es doble, y en su extremo rematan dos conectores, uno USB y otro analógico.
El último de los elementos de este set del Ear Force Z Seven es el mando. Resulta un tanto grande, aunque la cantidad de elementos que podemos controlar a través de él es considerable. Su estilo está dentro de lo que se podía esperar de este conjunto: diseño sencillo y funcional, todos los botones, ópticos y analógicos, están a la vista y tienen el tamaño adecuado para garantizar precisión a la hora de interactuar con él.
En líneas generales, los Ear Force Z Seven forman un conjunto estéticamente sólido, sobrio y elegante sin olvidarse de cuestiones como la ergonomía y la funcionalidad. Una apuesta segura por el buen gusto, del que lo único cuestionable que podemos encontrar es que su tamaño es un pelín grande.
Conexión
Los Ear Force Z Seven nos dan dos posibilidades a la hora de conectarlos a nuestro PC. La primera y la más rápida, a través de nuestro puerto USB, lo que nos permitirá utilizarlos desde el primer momento. La otra opción es usar la clavija analógica convencional, con todo lo que ello supone. En cualquier caso, y aunque podríamos disfrutar de ellos nada más conectarlos, es conveniente dedicar un poco de tiempo a realizar una correcta configuración de los auriculares.
Esto puede llevarnos un tiempo, ya que las posibilidades que ofrecen resultan un poco abrumadoras, sobre todo para aquellos que no tengan mucha experiencia con instrumentos medianamente complejos como estos. Evidentemente no es difícil configurarlos, pero sí que es necesario dedicarle un poco de tiempo, sobre todo si queremos darles un uso exigente, propio de la competición. En este sentido, podremos configurar diversos canales de audio, aunque los Ear Force Z Seven tengan algunos definidos por defecto.
Hay que señalar que los auriculares no se conectan directamente al PC, si no a través del mando. En cualquier caso, los cables son lo suficientemente largos como para estar cómodos, y tener todo al alcance de nuestra mano. Esto es realmente importante, ya que todas nuestras gestiones sonoras y de control se realizarán a través de este mando.
Prestaciones y sonido
Una de las primeras impresiones que ofrecen los auriculares Ear Force Z Seven es la gran calidad y claridad de recepción de sonido que ofrecen. Los sonidos no se mezclan en ningún momento y gracias a los diversos canales de audio hacen posible que el sonido no se distorsione por el camino. En cuanto a la emisión de sonido, el micrófono capta a la perfección nuestra voz al mismo tiempo que filtra el ruido proporcionando una emisión clara y de buena calidad.
Como señalaba al principio, es posible configurar los diferentes canales sonoros para priorizar un chat de voz, el sonido de un juego o el audio. En líneas generales, los Ear Force Z Seven ajustan de forma general algunos de estos sonidos, de forma que podemos optimizar la gestión de los recursos sonoros. Además, a través del mando, también podemos realizar cambios mientras estamos inmersos en el juego.
Los Ear Force Z Seven ofrecen un audio envolvente gracias al Dolby 5.1 que permite al jugador identificar la dirección de la que provienen los diversos sonidos, algo muy útil en juegos como los shooters donde conocer de donde vienen los disparos es vital. Unido a la excelente calidad de sonido de los auriculares produce que el aspecto sonoro de los juegos se vuelva sobrecogedor.
Entre otras prestaciones de los Ear Force Z Seven encontramos un distorsionador de voz, que nos permite modificar los tonos graves y los agudos. También cuentan con una entrada auxiliar para nuestro teléfono móvil o reproductor de música que nos facilita seguir jugando sin necesidad de tener que dejar los cascos o perder de vista la pantalla. Además, para evitar posibles problemas de oído, los auriculares incorporan un mitigador de sonido que limita la intensidad de ciertos efectos sonoros para que no resulten nocivos para nuestra salud.
Todas estas son algunas de las posibilidades que ofrecen estos auriculares, aunque su potencial es muy elevado dada la gran capacidad de personalización que ofrecen. Por tanto, podemos configurarlos a nuestro gusto para que se adapten a nuestro modo de juego, desde los usos más modestos a los más ambiciosos y exigentes.
Conclusión
Los Ear Force Z Seven son unos auriculares excelentes para todos aquellos que busquen llevar a otro nivel la experiencia sonora o se muevan en entornos muy competitivos en los que es necesario tener controlados todos los aspectos del juego. No son, por tanto, unos cascos para cualquier perfil de jugador ya que necesitan una configuración mínima para ser disfrutados en plenitud y es algo que a ciertos consumidores puede echar para atrás. Sin embargo, aquellos que busquen unos buenos auriculares, con grandes posibilidades de personalización y no les importe pagar por ello, los Ear Force Z Seven son una opción a tener en cuenta, sobre todo para los usuarios más exigentes.
Más información | Turtle Beach
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